6.6.10

VIOLENCIA DE GENERO ¿qué estamos haciendo?

Un Informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, señala que:

- En Europa, el 98% de las víctimas de la violencia doméstica, son mujeres.
- 1 de cada 5 mujeres han padecido, al menos en una ocasión, tratos violentos de su esposo o pareja.
- sólo se denuncian 1 de cada 20 incidentes de violencia doméstica.
- En España mueren al año más de 70 mujeres a manos de sus compañeros o exparejas.

Un Estudio, elaborado en su día por la Comisión de Derechos Humanos del Senado, afirmaba que los hombres realizan estos actos de violencia de género por estimarlos como una forma de demostración de autoridad en el seno de la familia y de su dominio sobre la mujer.

El Código penal español de 1995 ha sido muchas veces modificado para ser adaptado a las distintas normas que se han publicado para tratar de proteger a las víctimas de violencia de género (Ley Orgánica 11/2003, de 29 de septiembre; Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre; Ley 27/2003, de 31 de julio; Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre; Real Decreto 355/2004, de 5 de mayo).

Los medios de comunicación dedican atención especial, en las páginas o programas de mayor audiencia, cada vez que se produce un acto grave de violencia de género. Y sin embargo, ni los estudios, ni los análisis o informes concienzudos, ni las medidas represivas son capaces de parar esta “escalada de violencia” ¿qué estamos haciendo? ¿Alguien se ha parado a pensar que este no es el camino adecuado y que hay otras connotaciones que no vemos o no queremos ver? Con el encierro del presunto agresor, muchas veces adoptado de forma desproporcionada, ¿no estaremos aumentando el ánimo de venganza no sólo contra la víctima sino también contra la sociedad? ¿Cómo se explica la conducta del agresor que, después de causar daño a la victima, se suicida? ¿qué vida es la que tiene más valor?

La violencia es un problema social. Y como tal hay que encararlo y estudiarlo. Y las medidas represivas que se adopten tienen que contemplar otros aspectos que pueden incidir en la educación, en la mediación, en la prevención. No hace falta insistir en el fracaso de la mayoría de las medidas represivas que se han adoptado. A golpe de modificaciones en el Código penal ya comprobamos que no vamos a ningún lado. Y menos si esas modificaciones están sirviendo para un fraudulento uso del derecho.

Hay demasiados casos en los que se han interpuesto denuncias “con la sola finalidad de asustar para que escarmiente”. Y eso es “abusar de la ley”, por no aplicar un concepto más grave, que sería el presumible delito de acusación y denuncia falsas del art. 457 del Código penal (simulación de delito).- Y hay otros casos en los que la medida del alejamiento de la pareja, deja indefenso al hijo/a del denunciado que permanece en el domicilio de la víctima con la que no tiene parentesco alguno y, en muchos casos, la relación es tormentosa.

Hay que analizar otros métodos, otras medidas. Y, especialmente, hay que hacer un profundo estudio para ver si el camino que hemos programado es el correcto, porque los resultados nos dicen que por ahí no vamos bien. ¿Se ha intentado hacer uso de los principios que rigen la educación y la mediación? ¿Acaso no estamos ante una sociedad maleducada y que desprecia la mediación porque se ha instalado en los parámetros de la violencia y agresividad?

Lo que exponemos no es una reflexión simple e insensata, sino más bien una razonable petición de aquellos expertos que día a día viven los problemas de este apartado. Recomendaría que se leyese el último artículo aparecido en la revista Economist & Jurist del mes de mayo de 2010 titulado “Sobre la violencia de género: sin mediación y educación no hay solución” A lo mejor es el inicio de un nueva etapa que sepulte la que hasta ahora ha resultado insuficiente. Y si así fuese ¿qué estamos haciendo para retrasar esa iniciativa?

RICARDO MARTÍNEZ BARROS (Artículo para la revista Entre Mayores)

1 comentario:

Anónimo dijo...

VIOLENCIA DE GENERO ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?
Me pregunto yo ¿qué estamos haciendo...? Estamos viendo día a día, cómo la juventud perdió los modales de convivencia, el respeto, la cortesia... Y por este camino vamos mal. Sólo hay que ver cómo los alumnos se enfrentan a los profesores, insultándolos, y a veces hasta llegando a las manos.
La violencia de género, además de la educación, hay otros factores que inducen a ella, como la pobreza, la miseria,etc.
En los hogares donde entran buenos sueldos al mes, hay pocos casos de violencia de género. Como dice la canción, "tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor", Y si nos falta alguna de estas tres cosas, ya empezamos a cojear....

CELSO PENEDO